domingo, 7 de marzo de 2010

Los árbitros tienen miedo a la Brunete

La campaña está funcionando. Son 250 millones de euros que pesan sobre los árbitros. Pitar cualquier cosa a favor del Barça es incorrecto y el árbitro se expone a ser vilipendiado por la Brunete. Además de ser malos, reciben una presión bestial. No quieren salir en los periódicos como ejecutores del villarato y prefieren que se les tache de ir en contra del Barça. Esto es lo que hay. Da la sensación de que el Madrid ha de ganar por decreto esta liga que se va a decidir por detalles. La constante exhibición de esa campaña, me atrevería a decir que dirigida por la Casa Blanca, que calla y calla, pero susurra y susurra al oído de los popes de la información deportiva, tiene un efecto muy parecido a la de Pedro J con el 11-M.

Al final los medios de alrededor se dejan llevar por la misma idea. Y es cierto lo que dice Pep, se ha instaurado el villarato. Repetir una mentira hasta el infinito tiene estos efectos: los últimos arbitrajes son evidentes, pero ves que la campaña es más fuerte de lo que parece. Hoy en Cuatro sin ir más lejos es de vergüenza los penaltys que se han sacado de la manga de Puyol y de Milito, que nadie del Almería reclamó. Ayer el recordado Víctor Muñoz no parecía que hubiera jugado en el Barça. Un amigo del Atleti me preguntó: ¿Pero este tipo ha jugado en el Barcelona? Le dije que sí y me respondió "pues debe estar resentido por no haberle entrenado". Y esa es precisamente la idea que más de una vez se me ha pasado por la cabeza. Hasta Gol Televisión que parecía alejarse de las polémicas se está dejando llevar. Es como una corriente que lo va contaminando todo.

Pero el problema es también deportivo. Si las circunstancias obligan a que Ibra marque 4 goles para que le concedan uno legal, que actúe como una bailarina para que no le expulsen o le señalen falta, que no se reclame la segunda amarilla para un contrario porque si no te la sacan a ti (caso Piqué con Rubinos), habrá que recuperar la excelencia y parece haber muchas dificultades -lesiones, momentos de jugadores- para ello. El Barça se faja, pero no logra resolver con claridad los partidos. Y con árbitros atemorizados hay que salir pensando en ese muro. Que nadie nos va a regalar nada. Ganar la liga va a ser mucho más difícil que el año pasado con este monumental obstáculo de 250 millones de euros que el incontestable Tiburón puso para reflotar el Madrid, que autoriza promociones y gangas por doquier a As y Marca. Hay muchos intereses económicos en juego. ¿Qué hacer? ¿Una contracampaña? ¿Hay lugar para recuperar las sensaciones de juego de no hace tanto tiempo? La expulsión de Guardiola de ayer no es producto de los nervios. Pep no da una puntada sin hilo. Lo está viendo venir y desde su puesto adopta medidas. Las que puede, claro.