
El Barça sigue desquiciado desde que Delgado Ferreiro, subido ya a los altares por el Relañato, expulsara a Keita. Hay síntomas de ansiedad. La primera parte de Lyon también me provocó a mí ansiedad.
Menos mal que la actitud no ha cambiado. Van a por todas. Pero hay cierta precipitación y tienen menos paciencia. ¿Eso que causa? Pues que el equipo se desordene, se dejen huecos al rival y no se ataque con efectividad.
Falta serenidad. La segunda parte da pie a la esperanza de que este momento de descontrol sea pasajero. El Barça apenas pasó apuros (en la primera fueron continuos). Gente como Alves, como Busquets (muy joven) mostraron esa falta de control.
Hay demasiada presión. Y desde Madrid quieren aprovechar la mínima debilidad. Guardiola sabe comunicar, les sabe hablar a los jugadores, pero si no es suficiente, en este momento, no sería malo, creo yo, recurrir a los especialistas. Un buen psicólogo deportivo no vendría mal en este momento, porque se atisban síntomas de inseguridad y desconfianza. Los jugadores sólo tienen que pensar en lo que han hecho para darse cuenta de que pueden. Han de pararse y recordar que pueden jugar bien y que jugando bien obtienen resultados.
El empate, quizá, sirva de bálsamo, para poner las cosas en su sitio, pero no estoy muy seguro porque he visto cosas que son más producto de la mente que de la calidad futbolística. Está claro que si el Barça gana en el Calderón, el bache, el mal momento habrá sido superado. Por eso hay que ponerlo todo el domingo.
Luego, no sé muy bien si el refuerzo físico ha hecho perder frescura a algunos jugadores. Estamos viendo a un Messi desconocido. Ayer apenas se fue de nadie. Y un apunte táctico: me gustó la solución de Eto'o por la derecha, la que Guardiola pensó para el partido del Betis, pero que frustró el camerunés porque quiso quedarse en el centro. y luego hay una disfunción, la banda izquierda. Puyol no sube y en esa banda el Barça anda cojo en ataque. ¿Por qué no puede jugar a ratos Sylvinho?