jueves, 25 de noviembre de 2010

El extremo Adriano fue clave en Atenas

El Clásico, aunque no lo quieras, está presente en el entorno, pero anoche el Barça no se debía distraer. Tenía la oportunidad de obtener el liderato en su grupo de la Champions, tras la victoria del Rubin Kazán, y no la desaprovechó.

El Barça salió al terreno de juego del Panathinaikos con dos sorpresas en la alineación. Por un lado, Adriano en el lateral izquierdo, fichaje de este verano procedente del Sevilla, que apenas había tenido minutos en lo que va de temporada; y por otro, Mascherano, que repetía titularidad y daba pie a preguntarse si pasa algo con Busquets.

El campeón de la liga española jugaba con su apuesta de siempre, con la idea de desarrollar su estilo, pero le costaba hilvanar el juego, por exceso de lentitud en las acciones ante un adversario demasiado defensivo si se tiene en cuenta el estilo de Jesualdo Ferreira mostrado en el Málaga, incluso ante un equipo fuerte como el Madrid. Pese a ello, la calidad apareció por obra de Alves, con un pase interior amagado con otra acción que finalizó Pedro como marcan los entrenadores, al lateral de la red.

Pero antes, en los primeros minutos, Valdés estuvo providencial al salir y despejar un disparo de Cissé, tras un desajuste de la defensa, en la que ayer el gran Piqué dio signos de poca concentración en algunas acciones.

En el descanso Guardiola volvió a demostrar que un buen entrenador puede cambiar el partido. Adelantó a Adriano a posición de extremo para aprovechar el espacio que dejaban los griegos y el juego del Barça se orientó por aquella banda sobre todo. El brasileño, con un gran disparo, utilizó esa autopista para prepararse el tiro de lejos y poner a prueba a un muy buen portero griego. Por esa banda, además llegaron el segundo y tercer gol.

Y en ese juego del Barça destacó, y van partidos, un maduro Andrés Iniesta, que está en la flor de su trayectoria profesional. En esos dos goles, y en más acciones del partido, el manchego mostró una clase excepcional. En el tercer gol, el control con la izquierda del magnífico centro de Alves, para pasarle el balón a Pedro con la derecha fue majestuoso, como lo fue el pase hacia la izquierda, sin mirar, a Adriano para que Messi marcara el segundo, en una de esas acciones que representan el bello estilo del Barça.

En ese estilo no puede faltar Pedro, que ya es casi insustituible. Sus movimientos sin balón, sus desmarques, su presión y sobre todo su efectividad son imprescindibles para este equipo. Ayer, marcó dos goles porque supo moverse en el área. Villa, en cambio, que anda serio porque los goles no llegan con la frecuencia a que nos tiene acostumbrados no pudo agujerear la portería griega, pese a que en la segunda parte actuó como delantero centro. Todo es cuestión de tiempo. Quizá le falta ajustar un poco su arranque para evitar el fuera de juego: es una cuestión de sincronización con sus pasadores.

En cualquier caso, el Barça mantiene su candidatura a la victoria en el Clásico, por mucho que el partido de los partidos se vea en los medios como el más equilibrado de las últimas temporadas, en el que pueda ganar cualquiera. El exámen de Grecia deja algunas dudas, en especial sobre Busquets y Piqué. El de Ciudad Badía lleva dos partidos sin jugar tras su regular actuación con la Selección y Mascherano ha aparecido con fuerza en el equipo. Lo más normal es que juegue contra el Madrid, pero la duda está ahí. Mientras, Piqué ayer mostró imprecisiones casi más propias de un debutante y fue cambiado por Abidal. Es previsible que salga más enchufado contra los blancos, pero deberá mentalizarse muy bien.

(La fotografía ha sido extraída de www.elmundodeportivo.es)

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