Extraña derrota del Barça en Londres

La opinión publicada y el barcelonismo en general apuntaba ciertas dudas sobre el Barça, tras su empate, que para muchos fue derrota, en Gijón. El partido ante el Arsenal, no obstante, aparecía diferente, especial por la importancia de la Champions. Nadie dudaba que los azulgranas recuperarían con suma meticulosidad el libro de estilo ante una cita tan magna.

Y en gran medida el Barça fue fiel a ese libro de estilo en el Emirates. Combinó, se asoció, tuvo posesión de pelota (61%), poco menos de lo que es habitual pero previsible ante un equipo cuya filosofía es similar. Las cosas se encaminaron bien con ese gol de Villa con asistencia de Messi y todo rodaba según el guión. El Arsenal llegaba con cierta frecuencia y anunciaba de sus peligros, pero la defensa parecía bastarse para controlar en gran medida esos riesgos.

No obstante, el juego de los ingleses hacía notar que poseían armamento mientras que en fase defensiva mostraban un notable comportamiento para la fama de blanditos de la que vienen precedidos. No es que plantaran una defensa italiana, pero incomodaban más de lo previsible. Nada hacía presagiar que el Barça pudiera caer anoche, tal y como transcurría la película. Sin embargo, Van Persie en una jugada de no mucho mérito, en la segunda parte, empató el partido. Un fallo de Valdés en la colocación, un fallo que hay que disculpar después de su trayectoria prácticamente inmaculada, permitió el empate del holandés a falta de poco para terminar el partido.

Dio la sensación entonces de que el Barça perdía el control emocional y se dejaba llevar por el palo del empate. Un nuevo desajuste permitió a Arshavin que hiciera de protagonista inesperado y adelantara al Arsenal y convirtiera en victoria un partido que en ningún caso los visitantes merecían perder.

(La fotografía ha sido publicada en www.publico.es)