miércoles, 16 de marzo de 2011

Mucho ánimo para Eric Abidal


No está solo, siempre tiene a la familia a su lado, pero también a sus compañeros y por supuesto al barcelonismo, en cuyo corazón ha calado hondo.

Abi, que llegó al Barça en junio de 2007, se quejaba en tiempos de Rijkaard de que los jugadores no hacían vida común fuera del vestuario, de que no salían a cenar ni intercambiaban experiencias. Chirriaron aquellas declaraciones del francés y no fueron muy bien comprendidas. En realidad Eric quería empatizar con sus compañeros de profesión, no entendía que se compartiera solo el tiempo de entrenamiento. Y en gran parte llevaba razón: para que un equipo funcione debe haber la máxima unidad, aunque no todos sean amigos de todos.

Poco a poco Abidal, experimentado en convivir con personas diversas, se fue integrando en el vestuario culé, convirtiéndose en un bromista imprescindible, fuera en público o en privado. Ahora parece que lleve toda la vida en Barcelona.

Cuando llegó Guardiola, Eric, que vivió en Francia algunos menosprecios, no entendió la forma en que se le dirigía el nuevo entrenador, sintió que no era respetado y hasta le pidió explicaciones a Laporta. Luego comprendió que Pep se dirigía a todos de la misma manera, siempre con el ánimo de enseñar.

A tal punto ha llegado el entendimiento entre ambos que Abidal, demostrando su capacidad de aprendizaje, ha asimilado perfectamente la nada fácil manera de jugar del Barcelona, convirtiéndose en un baluarte en la defensa y en el hombre que da salida al balón con criterio: un atleta, de extraordinaria concentración, con pausa en el juego depurado, como si hubiera estado años creciendo en La Masía. Sus portensosas exhibiciones, sin las precipitaciones de antaño, lo han colocado en un pedestal para el barcelonismo. El gol en San Mames en la Copa o el cabezazo a ras de suelo en Sevilla, cayéndose, muestran la entrega con la que está viviendo el fútbol.

Ahora llega la noticia sobre su tumor en el mejor momento de forma, cuando las cosas le iban rodadas. Sin embargo, dicen quienes han visto su reacción que se lo ha tomado con gran entereza e incluso hoy ha ido a ver sus compañeros al entrenamiento, más para animar él al equipo que al contrario.

La palabra tumor siempre impacta, y sorprende más en un joven deportista, pero los medios de curación han mejorado enormemente y al parecer su enfermedad ha sido detectada a tiempo. Abi es muy querido en la plantilla y en el barcelonismo se puede decir que ha alcanzado la categoría de ídolo. La prueba son las muestras de apoyo que ha recibido no sólo del barcelonismo sino del mundo del deporte en general. Serán entre cuatro y seis semanas sin entrenar, pero pronto volverá no solo a darle al balón sino a organizar otra barbacoa. ¡¡¡Mucho ánimo!!!

1 comentario:

gatopersa dijo...

La gran mayoría de futboleros de bien de deseamos a Abidal que este mal trance sea sólo un paréntesis en su vida. Tal como parece que ha comentado Zubi, estaremos esperando al mes de agosto para volver a verlo vestido de azulgrana. ¡Animo, Abi, lo peor ya ha pasado. Sólo falta paciencia y ganas, y las tuyas no se acaban nunca!