El 'Relañato' ya da pena

En la época en que en Barcelona se quejaban de los árbitros, nos llamaban victimistas, llorones. Mientras, en Madrid eran señores, porque eso de quejarse no se les pasaba por la cabeza, porque su estilo era inmaculado. Hablaban de señorío. Eso con la democracia se ha roto. El Madrid ya no es tan inmaculado ni tan señor. Parece un club menor, que necesita de reclamar ante los medios para que les echen una mano. Mal síntoma cuando recurres a los árbitros para justificarte, para justificarlos. En cambio, desde Barcelona no se habla de los árbitros. En su banquillo, antes y ahora, se han sentado y se sientan señores, que no hacen cortes de manga y que respetan al rival. Cuestión de estilo. Nada que ver Rijkaard y Guardiola con Shuster.

¿Qué quiere decir todo eso? Que hay miedo en Madrid. Alfredo Relaño es el promotor de la teoría de la conspiración. Más pertinaz que Pedro J. con su teoría sobre la conspiración en el 11-M, el director del diario As, hace ya mucho tiempo que perdió el norte con su teoría peregrina sobre el Villarato. Mantiene que los árbitros ayudan al Barça, porque Laporta apoyó a Villar en las últimas elecciones a la federación, dejando en la estacada al candidato de la Liga de Fútbol Profesional. ¡Y no ha llovido! Lo curioso es que con su misma teoría, hablaba después de que el Madrid recibía mejor trato desde que Calderón apoyaba a Villar, pero eso nunca lo denunció con estridencia. Faltaría más.

La temporada pasada el Barça fue, según la estadística de un periódico madrileño como Marca, el equipo que más penaltys en contra le pitaron. En Barcelona nadie dijo nada, nadie se mosqueó. Y eso que sufrieron algunos arbitrajes perjudiciales: de Pérez Burrull, precisamente contra el Madrid en el Bernabéu, de los colegiados madrileños, también; de Teixeira, de Iturralde, de Mejuto... Pero nadie se quejó. El Barça perdió la liga y nadie habló de los árbitros. Sin embargo, Relaño en un alarde casposo y falto de originalidad lo vuelve a resucitar en los días previos al Madrid-Athletic. Cuatro, también del mismo grupo, hizo un reportaje prrevio sobre Alvarez Izquierdo, poniéndo en duda su neutralidad.

Presión para el colegiado, que no supo o no pudo combatir. Riesgo para el orden público. Pero a esos irresponsables, provocadores de violencia en el campo nadie les dice nada. El comité antiviolencia debería ir pensando en actuar sobre los periodistas. No vale decir, como ha dicho Relaño que eso que ha hecho Mijatovic de criticar a los árbitros hay que dejarlo a los medios, o sea, a él. Aquí se solapan periodistas y cargos del Madrid en un afán poco deportivo, como es conseguir el favor de los árbitros. Esto en la Premier sería un chiste.

Hoy lo describe como nadie Martí Perarnau en su columna de Sport. Y Perarnau no es precisamente un forofo, sino todo lo contrario.

Mi sospecha es que todo tiene que ver con los intereses económicos. El diario As debe perder mucho si el Madrid no gana la Liga, mucho. Y luego soterradamente está la guerra de las televisiones. Las continuas retransmisiones de la Sexta al Barça le están haciendo mucho daño a Sogecable, a Prisa, que están decantando sus informaciones hacia el Madrid, que es el gran cliente que les queda. Tras el 5-0 al Almería, el gran tema para Cuatro de la noche del Camp Nou era la falta de espectadores. ¿Es evidente, no?

Cuando alguien pierde el norte, se siente desesperado, escribe auténticas barbaridades, con más pasión y corazón que cabeza. He aquí el último ejemplo.

Cuando marcar goles parece fácil

Antes meter un gol costaba Dios y ayuda (Soria y partido ante el Racing). Se consiguen los resultados. La pelota entra y la confianza se desborda, la autoestima se eleva y todos creen que se va a ganar.

Pero el tropiezo podrá llegar en cualquier momento. Lo que ocurre es que será muy difícil que llegue si están así de enchufados. Para lograrlo, la plantilla tiene que estar unida, contenta. Son muchos chicos, jóvenes, algunos inmaduros, con grandes sueldos. Es difícil, pero al menos hay hambres, de todo tipo. Hambres porque no tienen títulos en su palmarés, hambres por orgullo, hambres por amor a unos colores que aman desde pequeñitos. Son diversas las motivaciones.

Pero es un trabajo el de Pep que requiere atención permanente. Y más con una prensa tan voraz en los alrededores. Por lo tanto, hay que tener imaginación y perseverancia para no bajar la guardia y frenar la euforia, con estos resultados tan altisonantes.

5-0. Media hora. Apisonadora. Y es que encajar ante el Barça un gol pronto debe hacer temblar al más pintado. Porque si logras que el tiempo pase, puedes hacerlo entrar en desesperación. Ahora mismo es muy difícil, pero puede llgar ese momento y ese momento hay que evitarlo lo más posible. Se trata de prevenir riesgos y en eso está Pep, en aplicar medidas que eviten las emergencias. Además, mientras los demás rivales sigan puntuando, el Barça tendrá más motivos para tener las pilas cargadas.

Uno que tiene las pilas del orgullo cargadas es Eto'o. En cierto modo, me recuerda al Stoichkov que estimulaba Cruyff. Un tipo que si le picabas salía a morir. Eto'o quiere demostrar, y este año se puede salir con ese amor propio, que está controlando, y su crácter solo lo manifiesta en el campo. Al menos de momento solo lo manifiesta allí. Si sigue la racha goleadora, habrá que verlo subidito. Ahí es donde habrá que comprobar su grado de corrección. Supongo que Samuel se habrá dado cuenta de que sin equipo no golea, y que por el grupo puede ser pichichi. Pero Samuel no sé si habrá entendido ya, hace tiempo, porque se le colocó en el disparadero este verano. Espero que sí. Pero me temo que no, por esos gestos que aún veo al celebrar goles o salir del campo.

En cualquier caso, celebro su ascensión, como la de Alves o como la de Yayá Touré -a este jugador le profeso gran admiración- al que creo que no hemos visto del todo. El africano tiene más técnica de la que parece y sospecho que más llegada, pero tiene que entender que el Barça es una plantilla y que con la plantilla se han de conseguir logros. ¡Qué difícil es manejar un vestuario! De tanta gente y en un club con tantos intereses alrededor. Guardiola cuenta con cierta ventaja. Además de que es inteligente, cuenta con apoyos mediáticos importantes, por el momento, y encima con resultados. Menos mal.

La difícil gestión de la euforia

Guardiola gestionó bien el partido de Basilea. Reflexionó contra la euforia y mandó un buen mensaje a los jugadores para que no se relajaran. El resultado fue la manita. Ahora el entorno se disparará. Can Barça es un mundo de exageraciones. Tanto para lo bueno como para lo malo.

Guardiola debe seguir por ese camino. Sus ruedas de prensa cada vez tienen más sentido. Sus reflexiones nada tienen que ver con el común de los hombres del fútbol. Lo ennoblece con sus palabras, con sus análisis. Estamos ante un intelectual del fútbol que sabe también estar a pie de campo, que no vive en las nubes de la teoría. Creo que hemos tenido suerte.

Coincido con Pichi Alonso (en su teoría sobre el sistema, no) en que fue un partido de grandes asistencias y definiciones. Fútbol de lustre, con independencia de la flojera del rival, pero que se alcanzó porque los jugadores se pusieron las pilas. No le faltaba razón a Pep cuando decía en la previa que estos partidos se suelen perder por relajación. Por eso hay que salir siempre así. Cuestión de mentalidad. Es difícil pero con unidad y alegría generalizada en el vestuario, todo es más fácil.

La Brunete, ahora empeñada en volver a demostrar la teoría del Villarato (pobre Relaño, ya da pena), le restará méritos al triunfo de anoche, pero no se dan suficiente cuenta de los dos aspectos destacados: que el Barça está fabricando una gran mentalidad y que anda fino en los metros finales.

Detalles para la anécdota, posiblemente negativos, pero que quiero dejar caer aquí aunque sean intrascendentes. Mi teoría es que Valdés relajado es muy peligroso. Ese es el problema de Víctor, no otro. Cuando el resultado era escandaloso afloró ese portero que pierde un balón al saltar con un delantero por tener las manos blandas, se le escurria la pelota de una manera un poco ridícula. Los valdesistas, yo también lo defiendo, me diréis que ¡ya estamos!, pero lo quiero hacer constar: hay dos tipos de Valdés, el que sale enchufado y hace paradones y el que se relaja y yerra de forma increíble. Es ahí donde debe seguir trabajando Víctor. No puede cometer esos fallos porque disminuyen su talento, abren dudas y debates.

Y otra anécdota, que me llamó la atención. Me preguntaba por qué no jugaba Cáceres. Lo veo aparecer en la banda y allí que está, antes de entrar al terreno de juego, echándose agua al cabello, para atusárselo con mucho cuidado, que no se le fuera a despeinar. Parecía más bien que iba a entrar a una pasarela más que a un campo de fútbol. Y me pregunté: ¿tendrá algo, aunque sea poco, que ver ese gesto con su ausencia de las alineaciones?

Ganando como el Madrid

Hemos ganado sin jugar al fútbol, sin combinar. No hemos jugado, pero hemos ganado como hace el Madrid, con algo de pegada y nada de juego. Eso sí, con dos paradones de Valdés y mucha fortaleza física, pero jugar, nada de nada. Siempre se verá bien porque el virus Fifa no nos ha afectado tanto, pero el virus fifa lo que hay que hacer es combatirlo en los despachos impidiendo que esto ocurra, que haya que reservar jugadores o sufrir lesiones. Esto es lo que hay que cambiar. No sólo nos hurtan un domingo la Liga sino que pagamos las consecuencias a la siguiente jornada. Odio las selecciones. Que jueguen todos sus partidos en junio. Nos gusta la Liga y la Champinos, pero no la castaña esa que nos desenchufa.

Juego y resultado

Cuando juego y resultado se juntan, el gozo del fútbol llega a nuestras entrañas. Y si ese gozo lo produce tu equipo, se siente algo así como la felicidad.

Anoche fui feliz como muchos de mis conculés. Regresa el fútbol y si os digo la verdad me dan ganas de vengarme, de vengarme de los incrédulos, de los angustiosos, de los escépticos, de esos que ahora se sumarán al carro, y ya se han sumado, pero que han mantenido una postura ambigua ante el nuevo proyecto, por ser generoso, y no decir críticos, muy críticos.

Ya, ya lo sé, no hemos ganado nada, pero hay quienes no daban un duro por Guardiola, quienes estaban como francotiradores esperándole, quienes dicen que es muy novato, quienes fuera de la pasarela mediática, decían que lo apoyaban porque en su medio así se lo exigían, porque tenía un amigo en el medio que... Se ha demostrado que Guardiola sabe lo que quiere, que tiene un rumbo claro y que ahora empieza a ver sus frutos del trabajo bien hecho. Hoy no habrá críticas, aunque todavía hay mucho por mejorar, pese a que el abultado resultado pueda esconder las deficiencias. Pero este es el camino. Hoy no se dirá que Guardiola está moviendo mucho las alineaciones, aunque si llegan los malos resultados será un argumento que utilizarán esos que le están esperando, bueno en realidad no lo esperan a él. Está en medio.

Anoche los goles llegaron. La suerte acompañó, pero era el mismo juego contra el Espanyol, el Racing, parte contra el Betis, Gijón e incluso contra el Numancia, pero no el partido de Ucrania o Cracovia. Habría que acudir a las hemerotecas y concluir que el periodismo opinante deja mucho que desear. Por ahí andan los Minguella, Astruells, Nolla etc, que se ven obligados a dar un volantazo a su coche y cambian de discurso porque no pueden ir en contra de la corriente. Lo digno sería que siguieran manteniendo sus posturas, aunque pudieran ser la risa colectiva, como ya hicieron con Ronaldinho, en una defensa ridícula conocedores privilegiados de lo que, lamentablemente, le ocurría al Gaúcho.

Cuando el Barça ejecuta maravillosamente esa filosofía cruyffista (le pese a quien le pese) es un ejemplo futbolístico mundial. Y anoche lo hizo. Es cuando uno se siente orgulloso de ser culé y piensa que no hay equipo que, cuando lo hace, pueda practicar el fútbol de esa guisa. Por eso, cuando escucho esas propuestas de que el Barça debe cambiar de sistema y ser más práctico, me pongo a temblar. Porque no hay nada como esta filosofía de juego, por mucho que cueste ponerla en marcha, por mucho que haya francotiradores que se la quieran cargar, por mucho que a veces nos puedan golear. Este es el fútbol, y por fortuna lo quiere, lo desea, mi Barça. Ojalá no cambie nunca esta filosofía, que tanto costó implantar, y que algunos se quieren cargar.

Eso no es óbice para decir que hay lagunas, que sigue habiendo fallos en defensa, que no terminamos de cerrar los partidos con un 0 en nuestro casillero, pero llegará, espero ese día en que no encajemos un gol. Pero vamos, con esa presión, con esa ambición, con esa recuperación de jugadores, como Gudjohnsen, o el invento de Sergi Busquets, con esa motivación y, sobre todo, con un entrenador que tiene puestas las pilas constantemente para que no se le escape detalle y tener a la plantilla a tope, no hay duda de que los éxitos llegarán.

Que no nos confunda el 1-2

Partido malo. Digamos de entrada. Vicios del pasado. Pases en horizontal, poca circulación de balón. Figuras como Henry y Eto'o, que deben marcar diferencias, parecían esperar la hora de fichar para terminar la jornada.
Ha sido el peor partido de la temporada, junto al de Cracovia. Pero ¿sabéis qué? Que hoy la prensa lo dirá, pero lo dirá con la boca pequeña. ¿Por qué? Porque se ha ganado. Pero la realidad es que se jugó mal, que contra el Racing se jugó mucho mejor y que incluso contra el Numancia se jugó mejor.

Yo le exijo más a mi equipo. Y la primera parte me aburrí soberanamente. Me acordé de muchos partidos del año pasado, de esa desesperación que me entraba. No, así no se puede jugar. Y luego, vaya desajustes defensivos. No podemos seguir teniendo estos fallos en defensa. No. Ayer me entraron dudas. Sinceramente. Para mí el resultado no debe tapar el bosque del mal juego. Eso sí, Messi, providencial. Contra el Atlético tenemos que mejorar y mucho. Hay que salir al 100%. Supongo que el mensaje tácito de que había que reservarse contra el Atlético, no sería la razón.

Contra el Atlético habrá que salir enchufadísimos y con los cinco sentidos para ganar y evitar que Agüero nos hagan un roto.

(La foto es de Miguel Torres, de www.marca.es)