El fútbol es asociación y el Barça, más todavía. Y si esa asociación se hace con movilidad y velocidad produce atracción por el peligro que ocasiona. Al Guaje Villa le estará costando meter goles, no tendrá, de momento, la suerte de su lado, pero es el delantero que ha entendido a la perfección los movimientos del Pep Team.
Villa es profundidad y movilidad, pero además de goleador es asistente, sobre todo en espacios cortos. Ayer se llevó a cuatro defensas del Zaragoza, para servir en bandeja a Messi un gol, que el pibe marcó con sus clásico amago ante el portero Doblas, resucitado para la primera división después de su paso por los vecinos del Huesca.
Aún no estaba claro que el támden atacante Villa-Messi fuera a funcionar más allá de sus anuncios de Adidas. Y en La Romareda quedó de manifiesto que se entienden. Los movimientos de estos dos en el área y sus aledaños, la búsqueda mútua, el juego del desmarque propicia la conexión. Creo que ha nacido una buena dupla y en cuanto se conozcan mejor, sepan lo que hace el otro en cada momento, esta pareja puede ser canela en rama.
Villa puede estar tranquilo. Los goles no le llegan como antes, pero en cuanto estos movimientos se automaticen, los tantos entrarán solos y sonreirá de gozo.
(La fotografía es de www.elmundodeportivo.es)
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