El Barça tenía que ser más directo, elaborar menos y aprovechar el amplio espacio que dejaba la defensa espanyolista. Las acciones de ataque necesitaron menos cocina y más rapidez. Era cuestión de velocidad, sobre todo. Así llegó el primero, un pase interior de Messi a Pedro, muy bien posicionado, que le permitía situarse en franquía ante Kameni. Luego llegaron el segundo y el tercero, con rechaces incluidos y los dos de Villa al contragolpe batiendo la última línea adversaria en el centro del campo y aprovechando la velocidad del asturiano.
Fue un pequeño matiz táctico que introdujo Pep para ganar en un feudo, donde nadie ha triunfado o ni siquiera empatado, hasta el sábado. El Espanyol no jugó mal, pese a la abultada derrota, le marcó un gol a Valdés y trabajó con una gran intensidad. Pero a este Barça ni con intensidad ni con tácticas diferentes se le puede ganar, si está enchufado como lo está hasta el momento.
Del partido hay que destacar la actuación del Messi solidario, del asistente, del jugador de equipo. De los cinco goles, creo que cuatro derivan de pases o intervenciones de la Pulga. Si no golea, provoca desbarajustes en los contrarios. Es un jugador completo, que además vibra con los tantos de sus compañeros. Es un grande y el grande lo es también por su compañerismo. Y en esto también tiene un diez.
Por supuesto, el partido de Pedro es para no olvidar. La concentración con la que juega, reitero, es del 100%. Dice Guardiola que es un buen acompañante, que no es para pensar en él como balón de oro. De acuerdo, ayudémosle a que no se lo crea, pero digamos que es un acompañante de lujo. Un tipo que vive el partido, con y sin balón, con la entrega con la que muestra este chico, merece mucha consideración. A todos nos ha sorprendido. Nadie, ni el más optimista, pensaba que podía dar el rendimiento que está dando. Es que se ha convertido en un jugador indiscutible en las alineaciones, fundamental para el juego del Barça. Es el que más se mueve, se ofrece, pelea, defiende. Digo el que más y posiblemente sea injusto. Sí, yerra alguna vez, pero no desfallece, no se viene abajo y sigue intentándolo de nuevo, con una excelente técnica y un magnífico disparo.
(La fotografía es de Claudio Chaves y ha sido extraída de www.elmundodeportivo.es)
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