Los periodistas se ríen porque Guardiola toma precauciones tras un 5-0. Pero tiene su explicación. Este equipo para funcionar necesita de tensión competitiva, de mentalización. Si la tiene, es glorioso, pero en caso de relajarse es altamente peligroso. Diría que más peligroso que otros conjuntos. Porque sin presión, con las líneas separadas, un equipo con tanta tendencia al ataque puede sufrir mucho. Y eso es lo que pasó en Sevilla en la vuelta tras otra manita. El Betis desarboló al Barça en los primeros minutos recortándole dos goles y si no es por la aparición de Messi, podíamos estar hablando de una sonada remontada.
Guardiola sabe que este estilo para que cuaje se ha de emprender a tope y que de lo contrario pueden ocurrir grandes debacles. Lo ha vivido, especialmente en el Dream Team, y los culés lo sabemos. Ir ganando, por ejemplo, de tres goles, y encajar cuatro en los últimos minutos y contra un equipo modesto. Los barcelonistas lo sabemos. Por eso, Pep se lo toma en serio y dice que hasta el último minuto de una eliminatoria no hay nada decidido. Hace bien, aunque pueda sonar a exagerado y otros se partan la caja.
La nueva manita, y ya van ocho, fue otro espectáculo. Cada día asistimos, con casi toda seguridad, solo en Sevilla nos defraudaron un poco, a un juego de luces, de brillantez, de combinaciones, de oh, oh, oh. Sea en Copa, sea en Liga, sea en Champions. Pero asistimos a eso, porque los jugadores se lo toman en serio. Si bajaran los brazos, esto no ocurriría. De ahí que la mentalización constante sea una tarea importantísima en la agenda del entrenador.
El partido deja en el ambiente la duda de si Pep no está dando demasiados minutos a jugadores como Messi, Xavi o Iniesta y no corre el riesgo de que se lesionen. Él lo tiene claro y está apostando por menos rotaciones esta temporada. Mascherano y Adriano, por la obligada lesión de Alves, son los únicos que dan aire al equipo, además de menores aportaciones de Afellay, cuya adaptación está siendo ejemplar. Ayer, por ejemplo, Bojan no tuvo ni un minuto pese a lo abultado del resultado.
Sobre esta incertidumbre le preguntaron a Guardiola y éste tiene claro por qué lo hace, aunque tampoco ha dado más detalles. Sí insinúa que prefiere a Messi contento y contento solo está cuando está en el terreno de juego, sea en el partido que sea. ¿Debería Pep convencerle de que descanse más? No lo sé. Él lo conoce mejor y parece haber dado suficientes pruebas de saber gestionar el vestuario. ¿El caso de Xavi es diferente? Parece, pero ¿quién juega en su lugar? Ayer el temor se intensificó por la permisividad del árbitro, cuyo estilo de dejar jugar es plausible, pero siempre y cuando que pare los excesos, que los hubo y muchos sobre los tobillos de los azulgrana.
De los goles me quedo con el quinto. El pase de Messi con el exterior hacia la llegada atenta de Keita y éste, como manda la técnica, hace un control perfecto, adecuado, con la derecha y golpea con la izquierda llevando el balón junto al palo de Esteban. Para mí uno de los mejores goles logrados por Keita, que como llegador no tiene precio.
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